A menudo escuchamos hablar sobre la importancia mantenernos saludables o de llevar un estilo de vida saludable pero no entendemos muy bien de qué se trata.

La salud, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), es un estado completo de bienestar físico, mental y social, lo que quiere decir que ser saludable va más allá de tener o no una enfermedad.

Llevar una vida saludable es esencial para mantenernos activos y llenos de energía, no importando la edad que tengamos, y para llevar uno debemos reducir el mínimo la presencia de factores de riesgo en nuestra vida.

Los cuatro pilares en los que se sustenta el bienestar físico son: la alimentación, la actividad física, el descanso y la ausencia de hábitos perjudiciales para el organismo.

Los cuatro pilares para mantenernos saludables

La alimentación:

Una buena alimentación incluye una dieta balanceada, escogiendo un plan de alimentación para cada persona dependiendo de su organismo. Así nos aseguramos de que nuestro cuerpo tenga los nutrientes necesarios que nos pueden ayudar a evitar enfermedades e infecciones, dejar de lado problemas relacionados con el peso, entre otros.

• Prioriza los alimentos sin procesar; pues debido a sus altos contenidos en azúcar, sal, grasa, conservantes, colorantes y aditivos son los más perjudiciales. La clave es priorizar siempre los alimentos naturales.
• Lee las etiquetas: evita aditivos nocivos, azúcar añadido y grasas trans. Acostúmbrate a leer las etiquetas, pues contienen una información fundamental para saber qué comemos realmente.
• Modera el consumo de carne roja, ya que existe evidencia que asocia el consumo habitual de este tipo de carne con el riesgo de cáncer colorrectal.
• Bebe agua. Mantén tu cuerpo hidratado bebiendo 2 litros de agua al día. Esto te ayudará a purificar tu organismo eliminando los desechos a través de la orina, la transpiración y el tránsito intestinal.

La actividad física:

Según la OMS, la inactividad física es el cuarto factor de riesgo en lo que respecta a la mortalidad mundial. Es importante por lo menos realizar 30 minutos de ejercicio al día y llevar una vida más sana.

Elige alguna actividad que te guste y practícala, elige caminar en lugar de tomar el transporte público o el coche, o busca una aplicación para hacer ejercicio en casa. Además, el ejercicio habitual repercute en tu calidad de vida, pues fortalece los huesos y músculos y aumenta el equilibrio, la flexibilidad y la forma física. En las personas mayores, las actividades que mejoran el equilibrio ayudan a prevenir caídas y traumatismos.

El descanso:

La OMS recomienda dormir por lo menos 6 horas diarias, ya que dormir poco puede afectar la salud. Algunos de los problemas como consecuencia de no dormir lo suficiente son: reducción de los reflejos, capacidad de concentración disminuida y problemas de apetito y gástricos.

Cuando dormimos nuestro cuerpo se recupera de la actividad diaria y nuestro cerebro descansa y se ordena. Así mismo, descansar correctamente mejora la memoria, protege el corazón, e incluso reduce la depresión.

Buenos hábitos para mantenernos saludables:

Deja de fumar:

Las personas que fuman tienen mayor riesgo de contraer el coronavirus porque se llevan constantemente la mano a los labios. Y, en caso de resultar infectadas, corren mayor riesgo de desarrollar un cuadro grave porque su función pulmonar se encuentra deteriorada. Así mismo, el humo del tabaco contiene miles de sustancias químicas, de las cuales, al menos 70 son cancerígenas.

Evita el alcohol:

Es un tóxico para el músculo cardiaco que puede llegar a debilitarlo y causar una enfermedad denominada miocardiopatía dilatada, provocando síntomas de insuficiencia cardiaca.

¿Y la salud mental y emocional?

Activa tu mente:

Las personas más activas cerebralmente están más protegidas contra el deterioro cognitivo, lo que se traduce en bienestar y prevención de enfermedades como el Alzheimer o la demencia. Mantente activo socialmente, lee libros y periódicos, disfruta de la música y la pintura, aprende a tocar un instrumento o un nuevo idioma, haz pasatiempos, dale trabajo a tu cerebro y detén el deterioro cognitivo.

• Guarda tu rato diario para ti: concédete cada día un momento para hacer eso que te gusta o te relaja, para reducir el estrés.
• Comparte tiempo de calidad: la soledad tiene efectos negativos tanto a nivel psíquico como físico, por eso, no descuides tus lazos afectivos y cultívalos todo lo que puedas.

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